Una de las figuras más destacadas del diseño infantil en la Bauhaus fue Alma Buscher (1899-1944). Eludió el taller de Tejido, al que solían ser asignadas la gran mayoría de las mujeres, consiguiendo entrar en el taller de Carpintería-Mobiliario, uno de los primeros en desarrollar prototipos.
Alma tuvo muchísimo éxito con la elaboración de mobiliario infantil. Tenía muy en cuenta a los niños, pensando en cómo se podía estimular la imaginación infantil siendo espacios funcionales y creativos sin olvidar las exigencias prácticas, económicas y formales.
Buscher, participó en la “casa modelo” (Weimar,1923) donde junto a Erich Brendel se encargó del cuarto de los niños. Las paredes lavables servían de pizarras, los muebles se transformaban en elementos de juego, como un armario cuya puerta podía convertirse en un teatro de guiñol o los cajones que servían de mesas o sillas.
Tríptico con las fotografías de Alma, el escritorio y el armario de Am Horn |
“Los niños deben tener un cuarto donde puedan hacer lo que quieran, en el que reinen. Todo lo que hay allí les debe pertenecer, su fantasía lo crea sin ningún impedimento exterior, sin la advertencia <<¡Dejalo!>>. Todo debe ajustarse a ellos, debe estar a su medida, su utilidad práctica no debe impedir sus posibilidades para el juego. Colores claros y alegres para crear un ambiente divertido y placentero. Partiendo de esas premisas diseñe este espacio”
Alma Siedhoff-Buscher ,1926