Hubo un momento en la historia entre 1921 y 1923 en Alemania en que un sueldo completo no daba ni para pagar un café. El marco estaba en caída libre y su valor disminuía por segundos, al tiempo que el precio de todo aumentaba.
Esta absurda situación comenzó en algún momento alrededor de la mitad de la Primera Guerra Mundial, cuando el gobierno alemán decidió que en lugar de usar el dinero del contribuyente para financiar la guerra simplemente pedirían dinero prestado a otras naciones.
Niños jugando a recortar billetes, 1923 |
Alemania perdió la guerra y terminó con deudas masivas. Además, el Tratado de Versalles impuso a Alemania una multa de 132 mil millones de marcos como reparaciones por causar pérdidas y daños a los Aliados en la guerra.
Para pagar las deudas, el gobierno recurrió al engaño: comenzaron a imprimir dinero y lo usaron para comprar divisas, que luego se usaron para pagar reparaciones. El nefasto resultado no se hizo esperar, pronto hubo demasiado dinero frente a muy pocos bienes, lo que hizo que la inflación se descontrolara. De 4,2 marcos por dólar, la moneda llegó a la desorbitada cifra de 4,2 mil millones de marcos por un dólar.
Niños diseñando una cometa con billetes, 1923 |
En 1923 el Banco nacional de Turingia pidió a la Bauhaus que se imprimiese billetes de emergencia de entre 1 y 10 millones de marcos y el encargado fue el alumno Herbert Bayer. En dos días los diseñó e imprimió y al tercero entraron en vigor, pero pronto estos billetes dejaron de tener vigencia a pesar de su alto valor.
Billetes de 1 y 2 millones de marcos de Herbert Bayer, 1923. |
El diseño de Bayer no utiliza las florituras típicas de los billetes, busca una claridad y simplicidad bien definida con una línea de color marcando el valor nominal del billete. Esta simplicidad tan chocante en un billete también se debía a que la falsificación no era ningún problema, pues el dinero tenía una vida muy corta y constantemente tenía que volver a ser impreso con valores mucho más altos.
Tras la aparición del billete de mil millones de marcos, pocos alemanes se molestaban en recoger el cambio. Hubo un pánico económico generalizado y una desconfianza que hizo que la moneda perdiera su significado. La gente dejó de utilizar la moneda y recurrió al antiguo y ancestral trueque.
Niños volando una cometa hecha con billetes, 1923 |
Era evidente que se necesitaba un cambio monetario radical para detener la inflación permanente y volver a la situación anterior a la crisis. A fines de 1923, la moneda fue reemplazada por una nueva ,la Rentenmark, respaldada por hipotecas en tierras agrícolas e industriales. El valor del Rentenmark se fijó con una tasa de cambio de 4.2 Rentenmark por dólar.