Albers se unió a la Bauhaus como estudiante en el semestre de verano de 1920. Tres años más tarde se convirtió en el primer alumno en asumir un puesto de profesor en la escuela cuando Gropius lo nombró para dirigir la sección introductoria del Curso Preliminar.
Albers desafió e inspiró a sus alumnos al establecer parámetros estrictos para los ejercicios y luego alentarlos a resolver los problemas por su cuenta. “En el aula de Albers”, recuerda un alumno, “nada se presumía conocido, todo tenía que ser autobuscado, descubierto, analizado y representado, para que fuera verdaderamente propio”.
Los ejercicios se centraron en la estructura superficial, la factura y la textura. Los contrastes pueden ser sutiles o llamativos, dependiendo de los materiales elegidos y su manejo (factura). Aquí, los estudiantes pueden usar materiales para imitar otros materiales intentando, por ejemplo, hacer que el papel parezca terciopelo o que la corteza parezca tela.
Albers instruyó a los estudiantes a expresar una idea formal clara utilizando la calidad interna y la estructura inherente de un material dado. El pegamento no estaba permitido. Las formas deben adherirse unas a otras mediante el equilibrio y la presión. Se instruyó a los estudiantes para que usaran materiales encontrados.
La filosofía Bauhaus se centró en el acto de construir. El artista y maestro de la Bauhaus Josef Albers desafió a sus alumnos a pensar profundamente en el arte de la construcción utilizando una sola hoja de papel para crear un diseño en 3D.
Te dejo aquí un enlace del creador Kim Brown con una plantilla para poder hacer otro kirigami, en este caso de sección circular, inspirado en los que hacia en clase Josef Albers